Este artículo solo pretende que reflexionemos sobre los comentarios que escuchamos las mujeres en el día a día y en todos los ámbitos de nuestras vidas.
Es solo una muestra y no pretende ser “una venganza contra los tíos”. Pretende, más bien, que los hombres tomen conciencia de esas cosas que dicen y hacen “sin darse cuenta” para que, entre todas y todos construyamos un futuro más igualitario.
Estamos ante una selección de comentarios y situaciones que sufrimos las mujeres por el hecho de serlo.
Espero que llegue un momento en que esto pertenezca al pasado por haber sido superado.
1. Mi hermano de veinte años me confesó hace poco que no entendía por qué yo había estudiado, puesto que de todas formas no era “más que una máquina para hacer bebés”. Dolida, traté de protestar mientras él y sus amigos se partían de risa en mi cara. Me dijeron que volviera a la cocina y que dejara de exhibir en público mi “momento menstrual”.
2. De camino a casa de una amiga un sábado, sobre las 18:30, dos hombres que estaban borrachos empezaron a seguirme. Uno me agarró del pelo y dijo: “Eres demasiado guapa para ir sola por la calle” (se habían pasado los últimos cien metros gritándome obscenidades). Me sentí violada, y llegué a casa temblando. Al día siguiente se lo conté a mi novio; me dijo que mi “historia” era poco probable y que lo único que buscaba era llamar la atención. Empecé a sentir que estaba exagerando y que simplemente debía quedarme callada. Los dos tenemos 15 años.
3. Cuando tenía unos 13 años, un amigo de la familia solía agarrarme el culo o el pecho cada vez que lo veíamos (algo que, por desgracia, sucedía a menudo). Se dedicaba a hacerlo delante de mi madre, de mi hermana y de su MUJER, y nadie nunca dijo nada. Me hacía sentir realmente incómoda (obviamente), pero en aquel momento yo era demasiado joven para entender lo que estaba pasando y solo muy recientemente he llegado a comprender que lo que en verdad hacía era agredirme. Me he sentido confusa e infeliz por esto durante años, estoy tan enfadada porque su mujer y mi propia familia nunca cuestionaran el hecho de que me estuviera manoseando de un modo nada apropiado justo delante de sus narices…Me gustaría hablar del tema con mi madre y mi hermana, pero tengo miedo de que ellas no se lo tomen en serio.
4. En una discoteca en mi universidad, un tío pasó a mi lado y subió la mano por mi vestido, por la parte de delante, de una forma muy violenta, y después siguió andando. Me quedé totalmente conmocionada, furiosa y confundida. Volví a donde estaba mi grupo de amigos y les conté lo que acababa de pasar; apatía y cero sorpresa. Uno de los chicos del grupo dijo: “La verdad es que llevas un vestido muy bonito esta noche…”
5. Hice un curso avanzado de Política […]. Había trabajado mucho para prepararme para un debate en el cual yo era la única chica de mi equipo. Mientras ofrecía un argumento en contra, el profesor me mandó callar y preguntó a los chicos de mi equipo si iban a dejar que solo hablara una mujer”.
6. Mi hija de 11 años acaba de ganar una carrera de campo a través. Mientras adelantaba a los chicos, un profesor les gritaba: “¡Vamos! ¡No dejéis que os gane una chica!”.
7. Soy india y a los 12 años me dijeron que debía caminar con la cabeza gacha. Las niñas que caminan con la barbilla levantada dan una impresión equivocada.
8. Mi profesor de Química me dijo que era “demasiado guapa para hacer ciencias”.
9. Tengo 15 años y siento que las niñas de mi edad están bajo una gran presión que los chicos no tiene. Sé que soy inteligente, sé que soy amable y divertida, y sé que todos los que me rodean no dejan de decirme que puedo ser lo que quiera. Sé todo esto, pero la verdad es que no me siento así. Siempre siento que si mi aspecto físico no es lo que debería ser, si los chicos no piensan que soy sexy o que estoy “buena”, entonces habré fracasado y ni siquiera importará si soy médica o escritora, porque seguiré sintiéndome un cero a la izquierda. Odio sentirme así porque me hace parecer superficial, pero sé que todas mis amigas se sienten así, incluso mi hermana pequeña. Siento que a las mujeres triunfadoras solo se las considera así si son triunfadoras y además tías buenas, y me preocupa constantemente no llegar a serlo. ¿Y si mis tetas no crecen? ¿Y si no tengo un cuerpo perfecto? ¿Y si mis caderas no se ensanchan para que me queda una cinturita? Si no pasa ninguna de estas cosas, no le veo el sentido a hacer nada porque no será más que la “chica gorda y fea”, independientemente de si al final soy médica o no.
Desearía que la gente pensara en cómo está presionando a todo el mundo, no solo a las adolescentes, sino incluso a gente más mayor…Cada día veo a mi madre destrozar su cuerpo porque tiene las tetas caídas y la piel arrugada, se siente fea a pesar de que es una mujer increíble, pero de todas formas siento que no puedo juzgarla porque yo me estoy haciendo lo mismo. Ojala que la gente que tiene de verdad el poder y que controla las imágenes y los mensajes que recibimos a cualquier hora del día, realmente pensara por una vez en los que hacen.
Sé que las chicas de los anuncios están retocadas. Sé que la belleza está en el interior. Pero, aun así, siento que no soy lo bastante buena.
10. Con 15 años, un chico me tocó la pierna y llegó hasta mi región genital. Cuando, sorprendida, solté un grito y lo aparté de un empujón, me llamó frígida. Mis “amigas” se rieron de mí y me dijeron que me relajara. Esto me hizo sentir todavía peor.
11. La visión de la mujer a través de la pornografía crea presuposiciones: significa que (los chicos) esperan que las mujeres lo aceptarán, que el hombre tomará el control y a las mujeres simplemente les gustará; y no creo que sepan darse cuenta de que la mujer está actuando y de que las relaciones en realidad no son así.
La pornografía no debería ser vista como un documental…, ese es el problema: los chicos miran pornografía y les están diciendo que realmente es así- es “amateur”, es gente de verdad-, y difuminan la línea que separa el entretenimiento y la realidad propiamente dicha, y ese es el problema. El porno no es el principal problema. Es el hecho de que te están diciendo: “Las chicas son así, esta es la realidad, así es como van a reaccionar”. Y también la edad: la mayoría de los chicos de tu curso probablemente lleven viéndolo desde que tiene catorce- eso es antes incluso de que por primera vez hayan visto a una mujer desnuda-, de modo que así es como aprenden sobre sexo.
12. Tengo 13 años y me da miedo tener que mantener relaciones sexuales que lloro casi todos los días por esto. En sexto grado tuvimos educación sexual y me sentí bien al respecto, pero ahora algunos de los chicos del colegio no dejan de enviarnos esos vídeos de sexo que son mucho peores que lo que aprendimos y parece tan horrible y doloroso que no dejo de pensar en ello, y por las noches me asusta muchísimo la idea de que algún día tendré que hacerlo. Obviamente no quiero hablar sobre esto con mi madre ni con mi padre, y siento que si le digo a mis amigos que los vídeos y todas esas cosas me dan miedo y me molestan, se reirán de mí y todo el mundo lo sabrá y se meterá conmigo. Trato de decirme que no tengo que preocuparme porque todavía falta mucho para tener que hacerlo, pero en el colegio todos actúan como si fuera normal y tuviéramos que hacerlo dentro de muy poco, y hay chicos que no dejan de preguntarme si ya lo he hecho y que si puedo hacerlo con ellos y me enseñan esas fotos y cosas horribles.
13. Estoy harta de volver caminando de la universidad a casa a las seis de la tarde y que me acosen todos los días, desde gente que te grita cosas o te dice por gestos que le hagas una mamada desde el coche, porque piensan que son “graciosos” o que debería sentirme “halagada”, a gente que hace ruidos de besos por la calle al pasar, o que me grita “puta” o “enséñame las tetas”. ¿Halagador? ¿Cómo podría serlo? Cada vez que camino hacia casa estoy a punto de echarme a llorar.
Cuando voy a una discoteca, independientemente de si llevo algo discreto o algo que la sociedad considere que es de “guarra”, alguien me agarrará y pensará que lo encuentro atractivo por haberlo hecho, o que debería tomármelo como un cumplido. Me acabo sintiendo violada y como si la culpa fuese mía. ¿Por qué habría de ser mi culpa? ¿Por qué soy una mujer? ¿Por cómo voy vestida? ¿Por qué debería esperármelo?
Estoy cansada de que mis opiniones pierdan autoridad a causa de mi género. Estoy cansada de que un hombre me explique que estoy exagerando, cuando él no tiene ni idea de lo que se siente. Estoy cansada de que, cuando algo me molesta, me digan que soy una zorra prepotente, o que debo de tener la regla. Estoy cansada de que me llamen puta porque tengo relaciones sexuales o porque no las tengo y rechazo las insinuaciones de algún hombre en una discoteca. Estoy harta de tener que vigilar mi comportamiento, lo que visto, lo que bebo, dónde voy y tener que ser sumamente cuidadosa para evitar acosos o situaciones peores, puesto que van a ocurrir haga lo que haga. Estoy harta de ver cómo echan la culpa a las mujeres que han sido violadas, que deberían haberlo visto venir, que no deberían haber bebido tanto, que no deberían haber ido así vestidas, que lo podían haber prevenido, que no gritaron lo suficiente, que no batallaron lo bastante fuerte.
¿Cómo puedo creer a la gente que dice que las mujeres tienen los mismos derechos cuando el peor insulto que se le puede hacer a un hombre es llamarle mujer, femenino, coñito, niñita, conchudo, que necesita “ser un hombre”…?, la lista es interminable. Mi género no es un insulto. Estoy cansada de toda esta mierda.
14. Un profesor en la universidad donde trabajaba no contrata a “mujeres atractivas” para puestos de laboratorio porque distraerían a los hombres de hacer su trabajo.
15. En una reunión de trabajo, una amiga propuso una solución simple y lógica para un asunto recurrente. Los demás la observaban con la mirada ausente y la supervisora le dijo que ¡aquí esto nunca se ha hecho así!”. Entonces un compañero hizo exactamente la misma sugerencia y todos los asistentes afirmaban entusiasmados con la cabeza y le daban la enhorabuena por la idea.
16. Tengo cuarenta y pocos, un doctorado y 15 años de experiencia. Hace no mucho volví de mi baja por maternidad a mi puesto en el extranjero y conocí por primera vez a mi jefe. En nuestra primera reunión, me explicó que ya no iba a ocuparme de la unidad que llevaba un año poniendo en marcha debido a mis “circunstancias especiales” y porque quería asegurarse de respetar el derecho a que mi bebé tuviera a su madre cerca. También señaló que mientras criaba al bebé me resultaría difícil concentrarme en el trabajo, y que por eso quería ser generoso: me daba menos responsabilidad y me ofrecía una posición inferior.
17. Mi jefe me pregunta si algún día querré tener una familia, así que le digo: “Es posible, pero aún queda mucho para eso. Seguramente adoptaré”. Se ríe y me dice: “No, no creo que lo hagas. Solo necesitas encontrar al hombre adecuado para cambiar de opinión. Todas las mujeres quieren a un hombre que les dé sus propios hijos, no creo que adoptar se ajuste a ti”. Así que repongo: “La verdad es que es muy probable que lo haga. Soy estéril. Y soy lesbiana”,
18. ¿Qué tal le va con todo eso de hacer de canguro? ¿Te ha costado enseñarle a cuidar del bebé?”. Él es el padre. No hace de canguro. Hace de padre. Y teniendo en cuenta que está con ella cuarenta horas a la semana y yo no, sinceramente a él se le da mucho mejor cuidarla que a mí.
19. La mujer ideal que es alabada en los medios de comunicación es delgada, de un atractivo convencional, está perfectamente peinada y depilada, es decir, un ideal difícil de alcanzar para muchas mujeres, pero del todo imposible para las mujeres no blancas, puesto que la belleza está vinculada a ser blanca. Si eres blanca puedes intentar ser “bonita”, pero si no eres blanca nunca lo serás.
20. Soy gorda. Llevo siendo gruesa desde que a los 8 años mi tiroides dejó de funcionar. Muy pocas veces he visto imágenes positivas de mujeres como yo en los medios. Se representa a la gente de mi talla como estúpida, con poca voluntad, miserable, fastidiosa o inútil, a pesar de que la mayoría de las investigaciones recientes sobre la obesidad contradicen la presunción de que estar gordo sea ante todo una cuestión de voluntad más que de genética. La gente gorda puede ser brillante, creativa, fuerte, leal, cariñosa y hermosa, pero casi nunca se nos muestra de esta manera.
21. Dos hombres me acaban de decir que “alegre esa cara”. Como no lo he hecho, me han chillado “puta” y “coñito apestoso”. No me han alegrado en absoluto.
22. Una vez un tío me preguntó: “¿Te importa decirme qué talla de sujetador usas?”. Le contesté: “No, pero primero dime cuán grande es tu polla”. Sorprendentemente, se quedó de una pieza y encontró MI comentario extremadamente inapropiado.
23. El jueves cumpliré 60, pero llevo sintiéndome invisible al menos 10 años. La gente mayor, en especial las mujeres, vive en el margen de la sociedad, o al menos eso es lo que yo siento. Estamos infrarrepresentadas en todas las áreas.
24. Han llegado a decirme que soy muy afortunada por haber encontrado a alguien dispuesto a casarse conmigo porque tengo una discapacidad.
25. Al ser ciega y discapacitada, un tío intentó convencerme de que hacerle una mamada sería bueno para mí. ¡No estoy tan desesperada!
(Laura Bates. Sexismo cotidiano. Capitán Swing Libros. Madrid. 2017)